¿Sabías que el mayor crecimiento del cerebro se produce durante los 3 primeros años de vida? Es a esta edad cuando maduran varias partes del cerebro de los bebés y cuando estos empiezan a estar más activos. Para que tu pequeño pueda desarrollarse con normalidad y crezca completamente sano, debes tener en cuenta la importancia del DHA en la dieta de tu bebé desde muy temprano en la vida.
Si quieres conocer todos los beneficios del DHA para el bebé, sigue leyendo, pues en Enfamil te explicamos todo lo que debes saber sobre este nutriente, y te aconsejamos para que tanto tu hijo como tú disfrutéis de una de las etapas más importantes de su vida.
¿Qué es el DHA?
El DHA (acrónimo de ácido decosahexaenoico) es un ácido graso Omega-3 específico que está presente en la lecha materna y en algunos alimentos, lo que significa que es un componente natural y muy necesario de la dieta del bebé. Pero, ¿sabes realmente para qué sirve el DHA?
Este ácido graso es fundamental para el desarrollo visual de los lactantes, ya que promueve el desarrollo visual normal de tu bebé y le ayuda a desempeñar un gran número de funciones, como pueden ser caminar, observar, coger objetos, etc. Si eres madre o estás a punto de serlo, es esencial que valores la importancia de asegurar un aporte adecuado de DHA en tu dieta para poder proporcionarle a tu pequeño todos los beneficios de este nutriente.
Por qué el DHA es importante para tu bebé
Como hemos dicho, el DHA es un elemento estructural fundamental para los ojos del bebé. En el momento de nacer, la visión se encuentra en la fase inicial del desarrollo y, hasta después de las 6 semanas de vida, el niño no empieza a reconocer la cara de la madre. A los 12 meses, el niño ya es capaz de enfocar su juguete favorito al otro lado de la habitación, pero la visión del pequeño continúa desarrollándose hasta los cincos años de edad aproximadamente.
No obstante, el DHA es necesario para el continuo desarrollo visual a lo largo de la niñez y de la adolescencia, lo que hace que este nutriente tenga gran importancia.
Cantidad de DHA necesaria durante la lactancia
Las mujeres en período de lactancia necesitan tomar diariamente 200 mg de DHA, además de la ingesta diaria recomendada de ácidos grasos Omega-3 para adultos (250 mg de DHA y EPA).
Como hemos visto, la ingesta de DHA durante el embarazo y el período de lactancia contribuye al desarrollo normal del cerebro y la vista del recién nacido a través de la leche materna, por lo que conviene que sigas tomando alimentos que contengan este nutriente, como:
- Pescados azules: salmón, atún, caballa, etc.
- Huevos.
- Nueces y almendras.
Cantidad de DHA necesaria para bebés alimentados con leche en fórmula
La leche materna contiene por término medio un 0,32 % de DHA del total de ácidos grasos, mientras que la leche de continuación Enfamil Premium 2 contiene un 0,3% de DHA de ácidos grasos totales. Estudios científicos realizados con las fórmulas de Enfamil han demostrado que un 0,3% de DHA es la concentración necesaria para favorecer el desarrollo visual normal del bebé. Además, la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) también ha establecido que esta concentración es la adecuada para el desarrollo visual normal del lactante, lo que convierte a la leche infantil Enfamil en una opción muy beneficiosa para tu pequeño.
Esta fórmula, unida a una dieta variada, aporta 100 mg de DHA al día, la ingesta nutricional diaria recomendada para lactantes de 6 a 12 meses. Además, Enfamil Premium COMPLETE 2 no solo le aporta a tu bebé la cantidad de DHA necesaria, sino que también contiene hierro para favorecer su desarrollo cognitivo y ayudar a su sistema inmune, así como numerosos minerales como el calcio o el zinc y vitaminas como la vitamina C y la vitamina D, muy beneficiosas para su sistema inmune y el crecimiento y fortalecimiento de sus huesos.
Aviso importante: la lactancia materna proporciona la mejor nutrición para tu bebé. En caso de que la lactancia materna no sea posible, Enfamil Premium 2 es adecuado para bebés mayores de 6 meses, como parte de una dieta variada. Antes de cambiar a la alimentación con fórmulas artificiales, consulta al pediatra.